En marzo, cuando estalló la pandemia, nadie podía prever sus consecuencias.
No olvidemos que entonces ya se gestaba una crisis global azotada por el Brexit, una guerra comercial entre los dos gigantes mundiales, medidas arancelarias sin precedentes y una desaceleración económica. Nada de eso ha desaparecido, aunque no se hable de ello en los medios.
En España el escenario no era distinto. Las turbulencias políticas internas y su inestabilidad no podían presagiar nada bueno. A ello le sumamos una composición débil del tejido productivo formado, mayormente, por empresas pequeñas fuertemente endeudadas y una excesiva dependencia de sectores económicos no industriales muy vulnerables ante cambios acelerados. Esta fragilidad estructural no es nueva. Se evidenció en la anterior crisis y, al no ser corregida, los acontecimientos actuales han acabado fracturando nuestra economía, dejándola gravemente tocada.
En el primer semestre del año sufrimos la caída más pronunciada del PIB entre las grandes economías, por lo que mantener controlada ahora la segunda ola del virus es una necesidad vital para evitar que el coste real y social no sean aún más sangrantes. Por eso, al margen de optimizar la gestión sanitaria, el Gobierno Español debe seguir implementando medidas fiscales, laborales y económicas para esquivar que la actual recesión se transforme en un estrés añadido para el sector financiero.
Según los últimos datos del Banco de España, 6 de cada 10 empresas han entrado en pérdidas como consecuencia del Covid-19 y casi la mitad se ha visto obligadas a despedir trabajadores. En ese estudio, casi una de cada cuatro estaría ya en quiebra técnica y de las tres restantes, una de cada tres ya tiene problemas financieros graves. Además, el FMI ha alertado que España no recuperará los niveles pre-pandemia, como mínimo, hasta el 2023, tras sufrir el peor golpe entre las economías avanzadas con una pérdida anual de producción real estimada del PIB, -13% en 2020, y una caída constante del desempleo que no cesará hasta 2022.
Los expertos españoles en liquidaciones concursales anticipan que la avalancha de concursos de acreedores no ha hecho más que empezar. En la medida en que los programas de apoyo estatales vayan finalizando, se prevé un aumento del 30% este 2020 y un 44% en 2021.
Por su parte, las dos principales aseguradoras de crédito mundiales Euler Hermes (en España Solunion) y Atradius (Crédito y Caución), que ostentan más del 60% de las ventas aseguradas a nivel mundial, manejan en sus previsiones que los índices de insolvencia globales alcanzarán un récord de incrementos con un +35% en 2021, con mayor incidencia en sectores como transporte, automoción, comercio minorista, hoteles y restaurantes.
El mercado es muy cambiante y, como se está viendo, la fiabilidad de los clientes también. La probabilidad de impago ha crecido exponencialmente y la salud financiera de muchas empresas ha empeorando radicalmente o puede hacerlo en breve.
El Seguro de Crédito es la herramienta ideal para ayudar a las empresas ante una situación de enorme incertidumbre global con una exposición de deterioro crediticio continuado. Es un tres en uno: Prevención, gracias a un gran conocimiento del comportamiento de pagos de las empresas por parte de las multinacionales aseguradoras, Indemnización, a través de sus elevados porcentajes de prestaciones que minimiza hasta el 95% la pérdida del importe de la venta impagada y Recuperación del impago donde los servicios jurídicos de las aseguradoras son quienes gestionan el recobro de las deudas mediante servicios jurídicos presentes en todo el mundo.
De las últimas macroencuestas realizadas a empresas de todo el mundo, la mayoría demandan dos cosas: ayuda para identificar nuevos mercados con clientes fiables y financiación. En PROTEGO, broker experto de Crédito, llevamos 25 años ayudando a las empresas a crecer con seguridad y proporcionando alternativas ante una falta de liquidez. Ahora, en el momento en que más se necesita, aportamos distintas soluciones aseguradoras u optimizamos la ya contratada, así como financiación alternativa no bancaria con todas sus ventajas.